La Mano Invisible hace de las suyas

Impresionante noticia de La Razón, vista en Periodismo Incendiario.

Muere una mujer por no pagar la luz
La compañía suspendió el suministro porque la usuaria, unida a un respirador, debía 90 euros

Una mujer neozelandesa de 44 años conectada a un respirador falleció después de que la compañía eléctrica cortara la luz de su domicilio por falta de pago, informó ayer un portavoz de la familia. La Policía investiga ahora los hechos que causaron la muerte de Folole Muliaga, ayer en la ciudad de Auckland, Nueva Zelanda, dos horas después de que la compañía de servicios Mercury Energy cortara el suministro eléctrico de su domicilio.

(...) Familiares de la víctima señalaron que la cuenta de la mujer con la empresa de servicios ascendía a la suma de 122 dólares (90 euros al cambio actual). El portavoz de la familia, Brenden Sheehan, denunció que cuando el técnico de Mercury Energy llegó al domicilio para desconectar la electricidad el pasado martes, tanto Muliaga como uno de sus hijos le informó de que ella dependía de la máquina de oxígeno para sobrevivir y que ésta funcionaba con energía eléctrica.

De la versión en pitinglis:

Clark told National Radio that she found it "simply unbelievable" the technician did not notice that Muliaga had an oxygen tube in her nose when he visited the home. "This was clearly a very sick woman," she said. "She had an oxygen machine in the house, she had clearly been connected to it, the tube was in her nose."

La famosa Mano Invisible no sé si aprieta, pero desde luego ahoga que da gusto.

En realidad no sé qué es lo que ha pasado en este caso en concreto, puede haber sido una simple pifia. Pero lo que me llama la atención es que es un enxiemplo perfecto de una de las cosas más salvajes del liberalismo económico "perfecto": se podría matar legalmente a una persona por no tener dinero.

Al fin y al cabo, la señora no había pagado, y la compañía estaba en su perfecto derecho de cortarle la luz. Es SU dinero, y nadie tiene derecho a robárselo. Es más, si hubiera litigio el (escaso) Estado debería proteger el derecho de la compañía a matar a la señora, puesto que una de sus pocas funciones debería ser asegurarse de que los contratos se cumplan (en este caso la señora, obviamente, se lo había saltado a la torera).

Además, el hecho de que la empresa supiera que la señora dependía de la luz para sobrevivir no debe enturbiar nuestro juicio. Si la eléctrica hubiera decidido mantener el suministro a pesar de ese conocimiento, ¿no estaría sucumbiendo a las violentas amenazas de la señora? ¿No sería prácticamente lo mismo que negociar con terroristas? La señora sabía perfectamente lo que pasaría si no pagaba (y el resto de los viejos, que vayan espabilando), ¿no se trata del mismo caso que las huelgas de hambre? Si somos liberales, defendamos la libertad de la gente a morirse si quiere.

Claro que en un estado perfectamente liberal todos seríamos ricos (al menos los que somos trabajadores y emprendedores; solo los vagos obtendrían su merecido y serían pobres) y estas cosas no pasarían. E incluso en el caso de que alguien (digno) sufriera una increíblemente extraña racha de mala suerte (deberíamos privatizarla) y no pudiera pagar, como todos estaríamos dando una parte de nuestros astronómicos ingresos a caridad, alguien se ocuparía de ella.

Al mismo tiempo, todos los malvados estarían ocupados confabulando para conseguir subvenciones que les financien sus vicios (respirar, comer...) mientras bordan cruces gamadas en banderas de la URSS. Pero como la mala suerte privatizada funcionaría mucho mejor que ahora, seguro que les daba una apoplejía simultánea a todos. Entonces bastaría con ejercer nuestro derecho a matarles de forma no violenta, simplemente dejándoles agonizar sin llevarles a hospitales que NO han pagado (¡buscaos un trabajo!). Así los valiosos recursos de los ciudadanos productivos no serían desperdiciados en subvencionar parásitos y todos seríamos felices y podríamos ejercer nuestro derecho a trabajar 12 horas al día si nos da por ahí.