domingo, 15 de abril de 2007

De Prada vs la tiranía de la estética

Curioso el artículo de hoy de Juan Manuel de Prada en XL Semanal. Así empieza:
Comenzaré este artículo por las bravas. Para mí, la llamada eufemísticamente cirugía estética es una variante encubierta del delito de lesiones. Como las tres o cuatro lectoras que todavía me soportan sin duda saben, en el delito de lesiones el consentimiento de la víctima no exime de responsabilidad a quien inflige la lesión. Aparte de esta elemental consideración jurídica, considero que las operaciones de cirugía estética constituyen un aprovechamiento impío e indecoroso de los traumas que unos cánones de belleza desquiciados, impuestos por el papanatismo social, causan en las personas psicológicamente más débiles. Un aprovechamiento que, por muchas cataplasmas piadosas con que se pretenda dulcificar, es eminentemente crematístico; pues detrás de toda persona acomplejada por su apariencia física que acaba acudiendo al quirófano hay un cirujano que se forra a costa de su complejo.

Ningún psiquiatra aceptaría que un paciente que se creyera, pongamos por caso, Napoleón Bonaparte fuese ‘curado’ en un quirófano, mediante correcciones anatómicas que le hicieran parecerse al personaje que en su delirio esquizofrénico cree encarnar. En cambio, admitimos sin escrúpulo que a un señor con toda la barba que se cree señora le rebanen las partes pudendas, o que a una señora que no está contenta con su perímetro torácico le inflen la pechuga de silicona. Lo admitimos a sabiendas de que esas personas padecen traumas que podrían solucionarse, o siquiera mitigarse, mediante terapias que las ayudaran a congraciarse con su cuerpo; pero fingimos que la cirugía estética es el remedio más benigno para su trastorno. Existen muchas formas de crueldad; pero quizá no haya ninguna tan ensañada y atroz como la que se disfraza con coartadas altruistas. (...)
Vaya, así que los pobres transexuales son víctimas de "unos cánones de belleza desquiciados, impuestos por el papanatismo social", con los perversos cirujanos sacándoles la pasta a estas personas "psicológicamente débiles", cuando lo que deberían hacer es someterse a terapia. Vamos, que es lo mismo, lo mismito, que una chica que se quiere poner pechugona, o que un fulano que se crea Napoleón.

Yo estoy totalmente de acuerdo. Cuando veo a todas esas chicas guapas de los anuncios me siento presionado para rebanarme el choricillo. Ahora me explico cómo es que tengo intuición femenina e instintos maternales. Si no fuera por lo que mola la barba no sé qué haría. Y como soy un malvado:



¿Qué, no os entran ganas de ser como Portia de Rossi?
(jijiji, al fin he encontrado una excusa para poner fotos de palidillas guapas)

Y de postre, unos vídeos geniales que le robé a Leila.

4 comentarios:

  1. Anónimo14:57

    Yo estoy a favor, ya sabes, peluchillo, de la estética.

    De intentar estar interesante y fermoso, de ir al gimnasio y hacer ejercicio, esas cosas que detestas.

    Pero la misma risa que me dan los culturistas profesionales, me dan pena los esclavos del escalpelo.

    Y no opino muy diferente al señor de Prada.

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  2. > Y no opino muy diferente al señor de Prada.

    Espero que al menos no consideres que los transexuales son víctimas de la presión estética social XD

    Porque el resto del artículo será más o menos discutible, pero esto es para darle de comer aparte...

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  3. >pero esto es para darle de comer aparte...

    Es por el jersey de lana de rombos y las gafas de los setenta.Ay.

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  4. Hey, ¿y los frikis somos víctimas de la presión social? Seguro que se puede sacar un tratado sobre el tema...

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