Documento histórico
Todos los años he puesto joyas literarias. Pero este ha caído en mis manos un documento que no puedo dejar de compartir.
He aquí un fragmento de la historia de los clubes de rol de Valladolid: el boletín del año 93 del (extinto) club Warlock.
Warlock fue uno de los primeros clubes de rol de Valladolid (el otro era La casa del hobbit, que se fundó más o menos por la misma época; no recuerdo cuál fue primero) y era famoso principalmente por dos cosas:
1. Su... peculiar forma de funcionamiento interno
1. Su... peculiar forma de funcionamiento interno
2. Por haber sido el origen, vía escisión, de un porrón de otros clubes (las malas lenguas dirán que por culpa del punto 1)
Podría explayarme pero paso, leedlo vosotros mismos que no tiene desperdicio. Pinchad en las imágenes para que os salga en grande.
Muchos han criticado la estructura del club como "dictatorial" o "fascista"...
Nosotros la consideramos "aristocrática" en el sentido aristotélico de la palabra, es decir, "gobierno de los mejores"...
...sin caer en la anarquía a la que han llegado otras asociaciones por su afán "democratizante"...
La Obligatoriedad de ciertas Lecturas de Fondo según el Nivel...
No me digáis que no es GLORIOSO
No me digáis que no es GLORIOSO
Sí, amigos, Actas de Partida. Cómo molaba Warlock.
PD: yo nunca fui de Warlock. En aquella época más o menos estuve en La casa del hobbit. Años después jugué la mítica campaña de Venecia con los que más tarde se irían para fundar Vientos de Erebus.
He aquí un club en el que nunca me verían como socio...
ResponderEliminarY es que esto de las elites... Como que nunca me ha ido.
jjaajajajajajajajaaaa.
ResponderEliminarLo de las élites nunca se pone por escrito, hombre xDDD Se pone que somos democráticos y asamblearios, aunque ya sepamos todos de verdad quienes cortan el bacalao en las asambleas (normalmente el que pone el local y/o los juegos y es amigo de mas gente) xDDDDDDD
Descacharrante, genial, divertidisimo. Lo de las partidas obligatorias, brutal. Lo de los niveles, total xDDD lo de los "masters obligatorios" tremebundo xDDD
Oyes, ¿seguro que no estaba Fray en el club este? :PPPP
Proyectos: "II Jornadas Lovecraft", cuya realización está prevista para la Semana Santa del 94.
ResponderEliminarO.o
Buenas! En primer lugar enhorabuena por el blog, gracias a él he podido recuperar tan espeluznante documento. Jajajaj, cuando uno monta un club con quince años es lo que pasa... Warlock nunca debió ser una asociación abierta sino un Club privado. La ignorancia es madre de muchos errores.
ResponderEliminarPodría comentaros de primera mano muchos más disparates de aquella época, pero prefiero dejarlo en puro y duro miedo al "desembarco"; permitidme que me explique: te lo curras y haces un club cojonudo y disfrutas de locales, recursos, un proyecto que compartes con tus amigos... y te entra la paranoia de que entren X desconocidos y en una asamblea te levanten democráticamente el chiringuito. Así de simple. Le pasó a Eduardo Tarilonte, cofundador de la Casa del Hobbit y amigo mío que tras partirse el pecho por el club más veterano de Valladolid -Warlock fuímos los segundos- estuvo a punto de ser botado (con b) por una tan democrática como injusta votación promovida por un tal Jesse.... para finalmente acabar botado por otro amigo mío, Tello. Recuerdo que lo pasé fatal con todo aquello, y marcó mucho la paranoia de que eso nos pudiera pasar en Warlock. Y te encastillas en que el que quiera chupar locales libros y partidas, que acate la movida o que se monte su propio club, que es lo que hubiera hecho yo; de hecho lo hice: fundé Warlock.
Y lo hice tan piramidal y tan vertical como pude, simplemente porque era un proyecto personal, un club de juegos con una orientación muy concreta respecto a qué jugar y cómo hacerlo, no un partido político...(son ámbitos muy distintos, de hecho muchos de los "aristos" autoritarios y antidemocráticos del club terminaron trabajando en partidos, Ongs y sindicatos asamblearios).
Y sí, el objeto de poner por escrito tanta bordería antidemocrática era precisamente espantar al que buscase una organización asamblearia: Warlock nunca lo fue. Era cerrado, dirigista y adolecía de los defectos de su fundador. O sea, los míos. Me asombra que algo que formó parte de mi adolescencia siga suscitando polémica.
En fin, si a estas alturas sirve de algo, mis disculpas a todos aquellos que pudieran sentirse excluídos o indignados porque una asociación actúe de forma tan autoritaria. A mí, personalmente, me resultaría inadmisible hoy en día participar de una asociación así. Os entiendo perfectamente.
Lo que no entiendo es entrar en un club con una línea directriz tan marcada para luego pretender cambiarlo e irse echando pestes. No sé. Es como entrar en el PP e irte indignado porque no defiende a la clase obrera. ¿ Pa qué te metes ahí?
Warlock fue, es y será un club de amigos a los que les gusta hacer las cosas a la manera de los que se curran las partidas(no de la de la mayoría de los que las disfrutan sin hacer nada); por eso Warlock ha continuado funcionando en Málaga pero en locales privados, sin pedir cuotas y sin inscribirse como asociación, sino como lo que siempre debió ser: un grupo (enorme) de amigos que tenían una forma propia de entender el rol.
Y no nos va nada mal así.
Un abrazote para todos.
Miguel Calvo (Fundador del Club Warlock)
¡Un saludo y gracias por comentar! El valor arqueológico de esta entrada sigue aumentando XD
EliminarEl valor de esta entrada alcanzó cotas inigualables cuando el señor Ibáñez pasó por aquí y comentó el asunto, claro.
ResponderEliminarUna vez aclarado esto, he de decir que obra en mi poder el documento original, y que de ahí mi buen amigo Diego hizo llegar al autor del blog el mismo para su publicación. Es un asunto muy localizado, que atañe lo que creo que fueron los primeros años del rol en la ciudad de Valladolid. Coincido con Miguel Calvo en que el contenido del mismo pertenece a unos años adolescentes o casi, y sin embargo me gustaría llevar luz a un par de asuntos.
Allende el año 1988 en el comedor del colegio de San Agustín comenzó a germinar la semilla de Warlock. Y es que eramos solo tres personas los interesados en un tema tan nuevo como eran los juegos de rol (y que nos descubrió un chico llamado Darío, gran dibujante y mejor persona). Jugar tres llega a ser algo monótono, y es por ello que tras algunos meses comenzamos una "campaña" de reclutamiento, entre los que se sumaron algunos nombres, que luego mencionaré y uno de los cuales era Miguel Calvo, compañero de autobús escolar y un año mayor que yo (hay alguno nombres más, que luego citaré en su contexto). Compartimos aventuras y cada uno creo su PJ, entre los cuales se gestó el PJ de Miguel, un Mago llamado Warlock (si consultáis fechas de la película del mismo nombre, podéis encontrar sin problemas su fuente de inspiración, perfectamente legítima, por otra parte).
La voluntad de mejora y superación de Miguel (al César lo que es del César) le llevó a erigirse como DM de un mundo de cosecha propia, es más, a tenor de los contactos con el recientemente creado club de rol "La Casa del Hobbit", llevó a su propuesta de crear un organismo parecido.
Y ahí nació Warlock. Nadie discutió (demasiado) el nombre, ya que fue un proyecto que Miguel inspiró en primera instancia. Así comenzó una andadura de compañeros, colegas y amigos, todos juntos y a los que se fue uniendo cada vez más gente a lo largo de algunos (no muchos) años.
Quiero remarcar que cuando se lanzó ese documento, poco quedaba de los miembros fundadores de Warlock. Creo que sobre el año 1991 o 1992 se produjo la salida de la mayor parte de los mismos, dada diferencias irreconciliables con la política de aquella época del club (las cuales pasan por no estar de acuerdo con lo que el panfleto aquí publicado enuncia mas allá de la voluntad de jugar a rol.
Como bien dice Miguel Calvo, aún no éramos adultos (bueno, legalmente algunos sí lo eran) y los tiempos cambian, así como la manera de ver las cosas. Sólo quería hacer notar que hubo otros que fundamos Warlock, y que en cierto momento nos alejamos del proyecto por lo antes comentado. Creamos otro club, Lores del Exilio, donde seguimos (menos de lo que nos gustaría) jugando; al menos la segunda y tercera generación del mismo, ya que de la primera, creo que sólo yo aguanto el tipo a punto de concluir una campaña comenzada en 2008.
Han pasado muchas cosas, la vida, de unos me separé en buena lid, de otros no tanto, pero con los que aún tengo contacto los sigo considerando amigos. En todo caso dejé atrás buena gente y algún buen amigo (un abrazo, Román) en Warlock, algo que me ha pesado cuando reflexionaba sobre esas épocas. Mi separación de Miguel Calvo fue absoluta y terminante, no hemos vuelto a tener contacto nunca, al menos hasta ahora (si se puede llamar así), pero no me arrepiento de ello; creo que teníamos puntos de vista muy diferentes (y sin embargo parecidos en primera instancia como para iniciar una relación de amistad) sobre la manera de acometer la vida.
Sólo aprovecho para saludar a todos aquellos que han quedado atrás en mi vida, así como a con los que sigo compartiendo la misma y las partidas de algo tan maravilloso como es un juego de rol.
Álvaro García (CoFundador del Club Warlock con, Ángel Bernal, Israel Gallego, Javier Román, Miguel Calvo, y ¿algún otro? Creo que no, pero la memoria es frágil...)
Buenas! Me alegra saber que no has perdido la afición a pesar de los años. Hay algunas imprecisiones en lo que comentas que paso a señalar, comprensibles por las décadas transcurridas:
EliminarSi bien en mayo del 89 empecé a jugar D&D, tal y como refieres el origen del Club Warlock fue una iniciativa propia (tanto como para llevar el nombre de mi primer personaje!) que también contó desde su inicio con otras personas que reuní aquel verano del 89 a tal efecto: varios de mis mejores amigos, sin los que un proyecto tan personal no habría tenido mucho sentido para mí... Nacho, Jesús, Carlos, Pablo y Duque... la parte que mencionas del club (junto con mi hermano Víctor, que también jugó desde aquel verano del 89) también se reunía en tu casa o en la de Román para jugar D&D, y el otro grupo lo hacía para jugar a MERP en casa de Pablo.
De este modo, los fundadores de Warlock fueron dos grupos que desde el principio jugaban en paralelo. Salvo Román y Víctor, la mayor parte del grupo que mencionas se fue, así como años más tarde dos de los integrantes del otro grupo (Carlitos y Duque, que a su vez fundaron el Club Soth). Pero entre los fundadores que continuaban cuando se lanzó el infame documento estaban buena parte de los fundadores: Román, Víctor, Nacho, Jesús, Carlos y Pablo... y con él se pretendía restringir el acceso a la directiva del club a todo el que no compartiese nuestra visión del asunto. Por descontado, ahora entiendo que aquello fue un error, y por mi excesivo apego al proyecto y el consiguiente afán controlador se quedaron en el camino personas que hubieran sido excelentes compañeros de afición en una estructura más abierta y plural.
Sin embargo, aquel sistema también tuvo como consecuencia un fuerte incentivo para que los socios trabajasen haciendo de master, lo que funcionó por encima de cualquier previsión haciendo crecer el club hasta los 42 socios regulares a finales de los 90, con tantos masters que nos vimos obligados a ampliar la directiva a 12 miembros para poder dar representación en ella a quienes más se lo curraban. Recuerdo un verano donde la oferta de partidas alcanzó las 35 sesiones SEMANALES... podías elegir entre dos o tres cosas CADA MAÑANA/TARDE. Aquello era una locura, no he vuelto a jugar tanto en mi vida, y tal volumen de jugadores y masters aportaba mucha riqueza al mundo de AD&D que creé para el club. En esa etapa, que duró hasta 2001, hubo un ambiente extraordinario e hice muchos amigos que conservo hasta la fecha. Pero este éxito no justifica en absoluto el dirigismo de un sistema que daba poco lugar a otras formas de entender la afición y que tendría nefastas consecuencias a la postre.
En 2001 tuvo lugar mi marcha a tierras del sur, donde abrí una sucursal del Club Warlock que funcionaba en paralelo (Juanca y Alberto serían sucesivamente presidentes del Club en el norte) y que ha terminado sobreviviendo al original. Pero mi excesivo dirigismo sobre el proyecto hizo que éste se resintiese con mi ausencia, ya que buena parte del "pegamento" que cohesionaba el Club Warlock eran mis macrocampañas de AD&D, que involucraban a varios masters coordinados. En ausencia de éstas, los grupos de juego afines empezaron a aislarse del resto del club. Esta fue una lección que me hizo invertir totalmente el esquema organizativo en la sección sureña del Club Warlock.
Por cierto, un último apunte en cuanto al nombre del club: su origen es bastante anterior a la infame película que mencionas, ya que su inspiración era el Adam Warlock de Marvel (una de las joyas de mi biblioteca es un cómic Anual de 1980 de los Vengadores publicado por Ed. Vértice donde A.WARLOCK aparece luchando vs. Thanos para evitar que reuniese las gemas del infinito...). Mi Archimago de D&D que daría nombre al proyecto se llamó Adam Warlock por ese cómic (y no por una película cutre que no gustó a nadie).
Un saludo a todos los que compartieron un trecho de aquel camino que, como todos los caminos, está lleno de tropiezos pero también de recuerdos hermosos.
A seguir jugando con salud!!!
P.D. Aunque tuvimos 42 miembros regulares, los asociados (sin obligaciones pero sin acceso a toda la oferta lúdica) elevaban ese número hasta los 80 miembros. El excesivo crecimiento sumado a que todo el mundo quería jugar ciertas campañas con los mismos masters nos llevó a ese impopular sistema de "niveles de juego".
ResponderEliminarEn cuanto a las "actas de partida", se recogían inicialmente para poder comprobar cuántas sesiones de juego hacía realmente cada master, ya que el club regalaba material de juego a los masters en función del número de partidas efectuadas. La verdad es que aquello nos generó tal volumen de papeleo que en el 95 ya no se rellenaban, prefiriendo confiar en la palabra de cada uno.
Treinta años después de repartir aquel panfleto, todos los jugadores del club rotamos haciendo de master, llevando varias campañas en curso. De modo que tales "niveles de juego" y actas y lecturas y demás parafernalia resultan tan innecesarias como risibles, vistas con la perspectiva que dan los años.