lunes, 19 de julio de 2010

Escuchando misa

No sé si lo había dicho por aquí, pero de un tiempo a esta parte me he aficionado a escuchar de vez en cuando la misa que echan los domingos en La 2. A veces me pilla desayunando, y otras me aburro y me la veo a lo largo de la semana en la TVE a la Carta. No me la suelo ver entera, claro: lo más interesante son las lecturas y el sermón, porque es puritito adoctrinamiento en estado puro.

Os recomiendo que la veáis como quien ve un documental sobre las curiosas costumbres religiosas de algún pueblo primitivo de África o del Amazonas (o sobre los telepredicadores americanos). Imaginaos que lo fuera comentando una voz en off ("...y ahora el sacerdote procede a consagrar el pan y el vino. Los católicos creen que se convierten místicamente en...").

Hoy he llegado tarde, pero justo a tiempo de ver que el señor cura estaba hablando de ciencia y técnica. Y no he podido resistirme... Creo que los vídeos de TVE a la carta no siguen ahí eternamente, pero en cualquier caso y por si alguien tiene estómago, este es el enlace a esta misa en concreto. He aquí la crónica; tiene este estilo porque originalmente la iba a ir poniendo en el Facebook y ahora paso de retocarla:


Oratorio del Edificio Torre Espacio (planta 33), en la Castellana. Al parecer hay una capilla ahí (un ejecutivo de una de las empresas del edificio ha hablado de "responsabilidad social corporativa" o algo parecido como motivo para ponerla) y desde ella ha sido hoy la misa. Oficia Juan Antonio Martínez Camino, secretario general (y portavoz) de la Conferencia Episcopal.

Algunos de los feligreses parece que se han escapado de la boda de la hija de Aznar.

Una canción sobre cómo se pueden hospedar en la tienda del Señor los que desprecian al impío, los que no prestan dinero a usura y los que no aceptan soborno contra el inocente. Mola que puedas aceptar sobornos contra los no inocentes. Aunque lo de despreciar al impío también tiene su aquel.

El cura habla de las maravillas de la inteligencia humana, que construye una torre tan alta como esta (piso 33, recordemos). Y lo enlaza hábilmente con la Torre de Babel, cuyos constructores se quedarían estupefactos.

Da gracias al Señor por hacernos partícipes de su sabiduría. La ciencia y la técnica están muy bien, porque están a nuestro servicio para el crecimiento y el bienestar de la humanidad. Y nos hacemos preguntas trascendentales como por qué seguimos investigando, y hacemos edificios cada vez más altos y minas cada vez más profundas... ¡AHORA es cuando nos avisa del Balrog, SEGURO!

Ah, pues no. Pero lo importante es que la ciencia nos ayude a encontrar el sentido verdadero de la vida humana. Y que puede "ayudarnos a aguzar el oído para escuchar la palabra inefable que resuena en nuestra conciencia. La misma palabra pronunciada por el Señor y que hoy nos proclama la Iglesia". Vaya, parece que perdió la oportunidad del Balrog, pero esto es una llamada clarísima a construir una máquina del tiempo. Todavía resultará ser friki y todo.

Eso sí, solo hay una cosa verdaderamente necesaria en la vida: escuchar la palabra de Dios a los pies de Jesucristo. Comer, dormir, ser feliz: minucias.

En realidad ha dicho que esas minucias son importantes ("a veces, vitalmente importantes"), pero que sin aquel Amor que mueve el sol y las estrellas, todo eso solo sirve para empujarnos a la tristeza, "e incluso para arrastrarnos a la envidia, la injusticia y el desorden". Loada sea la gravedad.

Esa es la idea central: lo importante es escuchar la palabra de Dios (y hacerles caso a ellos, claro). No tengamos miedo al padecimiento, no busquemos a toda costa hacer cosas; benditos seamos si Dios nos concede hacer muchas cosas, pero sobre todo benditos seamos si se nos permite padecer con Él. Porque cuando mejor se expresó Dios fue en el padecimiento en la cruz de su hijo, donde nos dejó claro hasta dónde llega su amor (con esos precedentes, espero que no hasta mi puerta).

Sufre y haznos caso, eso es lo importante. Y luego me preguntará la gente que por qué me caen gordos los curas.

No sé muy bien cómo, ha saltado a alabar a las mujeres, que pueden ser madres aunque a veces lo tengan difícil en nuestra sociedad, que desprecia la maternidad, la rompe, la deforma... hum, creo que sé a dónde lleva todo esto. Efectivamente: "las mujeres necesitan corazones abiertos y no sobres cerrados, como dicen ciertas leyes de reciente e infausta memoria".


Y con esto termina nuestra sesión semanal de lavado de cerebro. No olviden volver la semana que viene y marcar la casilla de la iglesia en la delaración de la renta.

1 comentario:

  1. "Vaya, parece que perdió la oportunidad del Balrog..."
    XD

    Ritos chamánicos en el piso nº 33 de una torre... cuanto menos peculiar.
    Anda que no vamos adelantados. ¡Ahora se puede asistir a un canibalismo ritual después del encuentro con los accionistas japoneses de la empresa!

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