martes, 31 de julio de 2007

Mentir es legal, o la impunidad del pensamiento mágico

Introducción: mirad este divertido vídeo.



Ahora leed este enlace. Resumen para vagos:
Creía que decir que hay pruebas de que el hombre convivió con los dinosaurios era tergiversar la Historia y mentir, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que afirmar que un poder mágico permitió transportar las estatuas de la isla de Pascua hasta su ubicación definitiva era tergiversar la Historia y mentir, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que sostener que el pueblo dogon tuvo en el pasado contacto con extraterrestres era tergiversar la Historia y mentir, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que sentar a Jesús en el Coliseo romano años antes de que el edificio existiera era tergiversar la Historia y mentir, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que asegurar que hay pruebas de que existía comercio entre Europa y América antes de 1492 era tergiversar la Historia y mentir, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que mantener que la sábana santa prueba la resurrección de Jesús de Nazaret era ignorar los resultados de los más avanzados estudios científicos y mentir, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que hablar de la ficticia Arca de la Alianza como de un arma de destrucción masiva era tergiversar la Historia y mentir, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que presentar un anillo con marca de platero como obra de extraterrestres era tergiversar la realidad y mentir, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que decir que seres de otro mundo dieron el aliento civilizador al pueblo bereber era tergiversar la Historia, mentir y minusvalorar la inteligencia de ese grupo humano, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que afirmar que seres de Orion levantaron las pirámides de Egipto y que los egipcios de hace 4.500 años vivían en la Prehistoria y desconocían la escritura era tergiversar la Historia, mentir y minusvalorar la inteligencia de ese grupo humano, y divulgarlo en un programa de televisión, engañar al público. Estaba confundido.

Creía que sostener que los astronautas del Apollo 11 encontraron ruinas extraterrestres en la Luna y presentar en un programa de televisión como prueba una recreación informática como si fuera una filmación real era tergiversar la Historia, mentir e intentar engañar al público. Estaba confundido.

Creía que era lógico calificar de sandeces las anteriores afirmaciones extraordinarias y considerar el producto audiovisual resultante una bazofia. Estaba confundido.

Creía que tergiversar era “dar una interpretación forzada o errónea a palabras o acontecimientos”, tal como sostiene el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española (RAE). Estaba confundido.

Creía que mentir era “decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa” y “falsificar una cosa”, tal como sostiene el Diccionario de la RAE. Estaba confundido.

Creía que engañar era “dar a la mentira la apariencia de verdad” o "inducir a alguien a tener por cierto lo que no lo es, valiéndose de palabras o de obras aparentes y fingidas", tal como sostiene el Diccionario de la RAE. Estaba confundido.

Creía que, si alguien se gana la vida con afirmaciones como las de los once primeros párrafos de esta anotación, podía deducirse de ello que “su negocio se basa en la mentira, el engaño y la tergiversación”. Esta confundido.

Creía que responder con ironía a los ataques en un periódico de alguien implicado en la producción del programa de televisión aludido en los once primeros párrafos era mi derecho, aunque el implicado fuera hijo del máximo responsable del espacio. Estaba confundido.

El juez Jairo Ávarez-Uria Franco, del Juzgado de Primera Instancia Nº 5 de Getxo, ha concluido que decir lo anteriormente expuesto sobre el programa Planeta encantado -del que están extraídas las sorprendentes afirmaciones de los primeros once párrafos y del vídeo- y su director, el ufólogo y novelista Juan José Benítez, así como responder a un ataque público de su hijo, uno de los miembros del equipo de la serie, debe “considerarse como una intromisión ilegítima del derecho al honor de D. Juan José Benítez porque constituyen expresiones injuriosas que más bien parecen una mera exteriorización de rencillas o sentimientos personales de animadversión que juicios de valor, crítica científica u opiniones con la finalidad de contribuir a la formación de una opinión pública libre y responsable”. La sentencia me condena a indemnizar al autor navarro con 6.000 euros, “en concepto de daños morales”, por haber vulnerado su derecho al honor.
A Luis Alfonso Gámez, autor del blog Magonia, donde se desmontan magufadas (= magia + ufos, que a mí me costó pillarlo XD) diversas, le han condenado a indemnizar a JJ Benítez por supuestos ataques a su honor (qué de moda está esto últimamente). En mi opinión, alguien que suelta patrañas manifiestamente falsas por afán de lucro no tiene honor que mancillar, pero bueno. Como dice Armentia en Por la boca muere el pez:
¿Es una injuria llamar mentiroso a quien miente, cuando en el mismo artículo se exponen las mentiras? No estamos hablando aquí de un calificativo que sea otra cosa que descriptivo de un tipo de actividad en la que Benítez ha reincidido una y otra vez. Son falsedades y faltas a la verdad, como se puede ver en los artículos de Gámez y en muchos otros que se han escrito y se seguirán escribiendo sobre las afirmaciones de Benítez. ¿Ofende el honor de la persona recordar que la copia de otro libro fue presentada como creación propia y publicada como tal, algo de lo que ya se habían escrito artículos abundantemente -en Interviú, por ejemplo, así como aquel libro de Ribera y Beorlegui-? ¿Es ofensa llamar a eso plagio, como el castellano indica que ha de llamarse a esa actividad?
Llevamos tan grabado a fuego el pensamiento mágico (nos creó dios de barro y costillas, etc) que consideramos que decir soplapolleces que son, en el mejor de los casos, indemostrables, y en el peor, probadamente falsas, es parte de la libertad de expresión. Y no.

Cada vez estoy más harto de toda esta cohorte de mentirosos profesionales, ya sean magufos, conspiranoicos, curas o apóstoles del no-cambio climático: tienen la misma metodología y objetivos similares. A ver cuándo empezamos a cuestionarnos las reescrituras de la realidad que nos venden.

Joer qué tocho...

4 comentarios:

  1. Ya sabes lo que dicen, como todos los "puntos de vista" son aceptables... Puedes ponerle un "Yo pienso que" a cualquier burrada y automáticamente ya es válida.

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  2. Pues sí, es realmente indignante que haya jueces así. Pero recordad al lumbreras que le quitó la custodia del hijo a una madre por ser lesbiana... Ya no entrando en cuationes morales de cada uno, esa resolución era manifistamente ilegal. Menos mal que fue recurrida y al gilipollas que la dictó fue amonestado...

    Pues algo similar espero que pase con Gámez. "Delitos contra el Honor"... Ja. Honor, honor... Ése lo único que tiene de honor es que su abuelo se llamaba Honorio. Fijo.

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  3. Anónimo16:04

    "Muchos jueces son absolutamente incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia."
    Bertolt Brecht

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  4. Ya sabemos que para muchos "periodistas" el fin justifica los medios, ya sea para vender o directamente engañar.

    Tus últimos articulillos me han parecido mu guenos.

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