Carta a Público de una señora:
Definitivamente me he convencido de que los videojuegos son el canal de ocio más repulsivo e idiotizante que existe en nuestra sociedad. ¿Por qué no hay ninguno que no contenga violencia y ofrezca en cambio sensaciones o mensajes positivos de empatía hacia los humanos? ¿Por qué cuando se debate el aumento de violencia entre los jóvenes nadie arremete contra esta forma de creación/alimentación de sádicos? Bastante tenemos ya con la realidad y los informes de Amnistía Internacional sobre tortura y violación de los derechos humanos. MARTA LANAU, Barcelona
Rafael Reig le da
una respuesta con la que estoy bastante de acuerdo.
De la carta me hace gracia lo de "¿Por qué no hay ninguno que no contenga violencia y ofrezca en cambio sensaciones o mensajes positivos de empatía hacia los humanos?". Hombre, desde luego el
LocoRoco no cuadra (todo es amor y alegría, pero ¡no salen humanos!). También recuerdo uno de mis juegos favoritos, el
Princess Maker 2, que era un simulador de paternidad (tenías que criar a una niña, desde los 10 a los 18 años, y luego veías cómo le iba la vida). El
Popomundo es el juego online más buenrrollista de la historia, y la última vez que miré tenía 267925 jugadores; la misma empresa ha hecho
Hattrick, de fútbol, y de violento no tiene nada. Por no hablar del
Sim City, en el que lo más violento que puedes hacer es colocar comisarías de policía, y
toda su saga posterior (y la empresa no está en la ruina, precisamente). Lo mismo para la saga de los
Monkey Island, que tiene una buena pila de seguidores y no recuerdo yo mucha sangre y destrucción precisamente. Y estoy bastante seguro de que no hay ningún género con tantos juegos como los deportes.
No sé por qué doña Marta dice que estos juegos no existen cuando el problema es que no los ha buscado. Señora: si no sabe qué regalarle a su hijo, invierta en futuro y cómprese un cerebro.
Por otra parte, yo sostengo que el
Counter (y similares juegos de pegarse tiros en primera persona) son muy educativos. Si yo tuviera un hijo, le dejaría jugar online con una condición: cuando le maten lo deja. A ver si cuando sea incapaz de jugar cinco minutos sin que le vuelen la cabeza, lo de ir por ahí pegando tiros le parece igual de divertido.
PD: el Princess Maker es abandonware, pero de un abandonáo que te cagas, y creo que no ocupa ni diez megas, guiño, guiño...